Celdas solares en Monterrey

Celdas solares en Monterrey.

¡Sean bienvenidos! Es muy grato contar con su presencia en este sitio web, en el que nuestra firma Starsol, proporciona información útil en torno a uno de los recursos energéticos más prometedores en la actualidad (debido a su amplia capacidad y su amabilidad con el medio ambiente): la energía solar.

Celdas Solares en Monterrey | Starsol

En esta ocasión, tenemos una publicación de sumo interés ya que hablaremos de los hechos que impulsaron el surgimiento de las celdas fotovoltaicas, es decir, daremos un recorrido breve por el pasado para conocer los acontecimientos históricos en el campo de la ciencia y la tecnología, que permitieron la aparición de esta excelente alternativa energética, la cual, ha conseguido sustituir a los suministros tradicionales de energía eléctrica. De esta manera se entenderá a la par, la importancia de las celdas solares en Monterrey, una de las ciudades principales en la oleada ecológica que está aconteciendo dentro del territorio mexicano.

Los invitamos a  formar parte de las millones de personas que han cambiado su vida y ayudan a evitar los daños ambientales, al usar equipos ecológicos con los que es posible ahorrar mucho dinero al no necesitarse los servicios de luz y electricidad que ofrecen las instancias gubernamentales. Sin más rodeos, demos comienzo a este artículo, esperamos sea ameno para nuestros estimados lectores.

Hechos históricos importantes para la comprensión de las celdas solares.

Las celdas solares son una de las invenciones más llamativas en el universo de los energéticos, debido a que son afables con la naturaleza permitiendo así el cuidado del planeta, de sus criaturas y  sus ecosistemas. Muchos imaginan que en el porvenir está tecnología sustituirá por completo a aquellas que le han causado mucho daño a la Tierra. Si esta imaginería sucede o no el en futuro, es algo de lo que no tenemos certeza, sin embargo, lo que sí conocemos es el pasado de este dispositivo que genera energía eléctrica cuando incide la luz en su superficie.

Para aquellos que desconocían el funcionamiento de las celdas: estas dependen de una fuente natural y gratuita de luz, con la que vivimos cada día de nuestras vidas: el astro rey, el sol. En sus apariciones prototípicas, debido a sus pequeños consumos de energía, fue utilizada en las exploraciones espaciales. Sin embargo, con el pasar del tiempo, su margen de aplicación fue ampliándose al grado de que en hoy en día cualquier residencia puede, para su beneficio, obtener una.

Ahora bien, el antecedente más remoto, a partir del cual se desplegó el desarrollo de la tecnología fotovoltaica, aconteció en 1839, cuando el efecto fotovoltaico fue descubierto  por Henri Becquerel, al corroborarse que surge una diferencia de potencial en el instante en que uno de dos electrodos es iluminado mientras se encuentran inmersos en electrolitos. Posteriormente, 3 décadas antes de la llegada del siglo XX,  Day y Adams se encontraban realizando pruebas con la conductividad de unas varillas de selenio, las cuales, estaban empapadas en hierro. Los dos descubrieron que se obtenía una diferencia de potencial cuando eran iluminados sus aparatos. En otra región del mundo, en la misma década de 1870, W. Smith contempló una variación en la conductividad del selenio expuesto a una fuente de luz. Desde ese momento, el efecto fotoconductivo sería reconocido y divulgado en las potencias, sin olvidar la participación de invenciones que se basaban en esos descubrimientos como el fotómetro de Siemens.

En 1887, Hertz observó el efecto fotoeléctrico externo mientras se encontraba investigando la descarga eléctrica, usándola como onda electromagnética, entre dos electrodos. Con tal experimento, pudo corroborarse que la magnitud de la descarga se ampliaba si radiaba con rayos ultravioleta el electrodo con carga positiva. De ello se concluyó que las superficies que eran sometidas a los rayos UV se convertían en emisoras de electrones. Años más tarde, el científico Hallwachs investigó con minuciosidad los experimentos de Hertz, añadiendo que no surgía ninguna variación cuando un electrodo negativo radiaba.

En la entrada del siglo XX, Max Planck brindó una explicación primaria y científica de la luz. Einstein, en base a los estudios de Plank, pudo por fin en 1905 dar una explicación compleja y clara de la fotoemisión. En tal explicación se dice que la luz debe ser considerada como un monzón de fotones que transmiten su energía a los electrones de los metales irradiados, y que si esta se emite con gran magnitud, pueden liberarse electrones de su estructura atómica. Esta explicación permitió que se desarrollaran posteriormente las descripciones del efecto fotovoltaico, a través del cual, funcionan tanto las celdas solares en Monterrey, como las que Starsol pone a disposición de los regiomontanos (vale la pena mencionar que en el efecto fotovoltaico, se crea una diferencia de potencial en el instante en que son movidos mediante una barrera en el metal, los electrones).

La primera celda solar de silicio, como las que se comercian hoy en día, nació en  1954 por las manos e ingenio de los ingenieros y científicos Chapin, Fuller y Pearson. En esta celda, los electrones liberados en el interior de una juntura iluminada y semiconductora generaban una potencia del tipo electromotriz. En nuestra época, esta tecnología ha avanzado mucho, por ello puede desplazar sin problema a los suministros de energía eléctrica convencionales, asimismo, se fabrican con diversos materiales: desde celdas de silicio monocristalinas, policristalinas o amorfas, o seleniuro de indio y cobre, hasta arseniuro de galio y teluro de cadmio.

No cabe duda que se trata de un producto que llegó para quedarse, y más en nuestra actualidad tan alarmante, en la que se han causado inmensos daños al medio ambiente. Esperamos que esta publicación haya sido amena para nuestros lectores, por ahora nos despedimos, no sin invitarlos antes a que contacten a nuestra firma, Starsol, para que obtengan las mejores celdas solares en Monterrey. ¡Lo estamos esperando!.

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